Laura Azcurra, con cine y teatro: “El arte es trabajo constante”
Estrenó película con Sebastián de Caro y conduce un programa en la TV pública. Flamenco, escritura y manualidades.
Por: INFOnews

Camino al bar del hotel Ultra, un hombre se acerca a Laura Azcurra y hablan durante unos segundos. Ella aclara, luego, que le ofreció dar un show de flamenco en el lugar. Hace tres años que Azcurra dedica parte de su tiempo a dar clases de flamenco, mientras, además, conduce Vivo en Argentina junto a Nicolás Pauls en la TV pública, cría a su hijo de seis años, y desarrolla la escritura, la actuación y hasta su “huerta terracera”. “De inquieta que soy. Mis viejos fueron muy curiosos e infinitamente creativos en todo lo que emprendían, así que un poco lo mamé en mi casa. Y con la tierra tengo todo un viaje”.
–¿Por qué un viaje?
–No puedo dejar de estar dos o tres veces por semana conectada con mi jardín, en mi huerta terracera. Con mi amado que me acompaña, hacemos exploraciones en materiales reciclables. Fue todo parte de un experimento y ahora tenemos una biomáquina alucinante en la terraza de mi casa.
–También de chica te empapaste del mundo de la actuación.
–Cuando era chica terminaba en los ensayos de mi viejo. Era testigo de lugares donde todo el tiempo se probaba, y por eso creo que me permití probar y perderle el respeto a la formalidad y la situación exitosa. El arte es trabajo constante. En ese mundo paralelo de búsquedas y sensaciones estoy deambulando. Es lo que hago en la terraza, voy deambulando. Pilar Sordo dice que las mujeres deberíamos volver a las manualidades. Que a través de la yema de los dedos sacamos nuestra ansiedad. Yo, que no paro, necesito tener esos momentos para aquietarme porque si no, entre mi curiosidad y mi energía, me voy a dormir a las cuatro de la mañana.

Azcurra es parte del elenco de la película 20.000 besos, de Sebastián De Caro, que se estrenó la semana pasada: “Habla de hombres treintañeros que no crecen y es interesante que con humor lo puedan reflejar en el cine. En el guión también hay dejos de algo triste y patético en eso. De Caro me parece que es un director fabuloso, siempre tuvo una visión muy clara a la hora de contar historias. Es un hombre muy inteligente y tiene una manera como director que pocas veces vi”. Laura no sólo gesticula, sino que a veces acompaña con todo su cuerpo y con tonos sus palabras. Que, además, se desarrollan como una espiral que recién al final constituye una respuesta. De ahí se entiende su explicación de cómo llegó a actuar la primera obra de su autoría, Maduritud, durante el mes de septiembre convocada por la marca Poise: “Siempre me gustó la literatura, escribí diarios de viajes y también cuentos. Me escribía cartas con mi prima de Mendoza y con mi mejor amiga. Después de ser madre empecé a cuestionarme si quería ser cien por ciento actriz. Me puse a estudiar dramaturgia con Mauricio Kartun. Ahí tiré un primer leitmotiv en un monólogo y él me dijo: ‘¿Por qué no lo hacés obra?’. Cuando le estaba poniendo la frutilla, aparece Poise con este proyecto para escribir y hablar de la Maduritud”.
–¿Lo dudaste?
–Me pareció descabellado porque no tengo autoridad espiritual para hablar de un proceso de la vida femenina que todavía no transité. Lo puedo conocer por mi mamá, mi tía, pero no sé de qué va un sofocón hormonal. Pero me gustan las minorías, siempre las apoyo, y me gustó que Poise sea una línea de cuidados femeninos que acompaña a la mujer en semejante situación de soledad.